Incultura religiosa en las aulas

pantocrator--644x400“Profesores universitarios de Historia del Arte denuncian la falta de conocimientos en cultura religiosa de los alumnos” (ABC, 20.4.15). Lo curioso es que «algunos de los docentes consultados atribuyen ese déficit a la progresiva pérdida de peso de la asignatura de religión católica en colegios e institutos». Josep Miró i Ardèvol, presidente de E-Cristians, considera que «cuando se liquida la educación religiosa, se está practicando un nuevo tipo de censura cultural que pagan los alumnos y, a través de ellos, la sociedad».

La solución sería muy sencilla: una asignatura de cultura religiosa para todos los alumnos en uno o varios cursos. Pero hay un gran obstáculo: precisamente la existencia de una asignatura de educación católica, que lógicamente es optativa, y que no está orientada a proporcionar cultura religiosa, sino que tiene un enfoque confesional. Mientras esta asignatura exista (y está blindada por los Acuerdos con la “Santa” Sede), los programas educativos deben proveer una alternativa para el resto del alumnado, de modo que es imposible una asignatura común. A no ser que Miró y los demás defensores de la religión en las aulas pretendan volver al nacionalcatolicismo (bajo el que, por cierto, a pesar de que la religión era obligatoria, la cultura religiosa de la población española era también realmente pobre). LEx


Victimismo y supremacismo de “la Iglesia”

1424970785_980546_1424972767_noticia_normalJosé María Gil Tamayo, portavoz de la Conferencia Episcopal católica de España, declara: «[Los obispos] no estamos satisfechos [con la regulación de la asignatura de religión confesional]. El tratamiento es insuficiente. Huyamos de tópicos. El Estado español es aconfesional, no laico. No nos entenderíamos como pueblo sin una asignatura religiosa que los acuerdos entre España y la Santa Sede califican de fundamental» (El País, 26.2.15). Hace años nos preguntábamos: ¿Qué más quiere esta organización, que goza de tantos privilegios en el estado español? El tiempo sigue confirmando que lo quieren todo, hasta conseguir doblegar al estado.

Dice también Gil Tamayo: «Los partidos nacen, van y vienen o desaparecen. Todo es coyuntural, menos la Iglesia, que lleva dos mil años, o casi, en España. La Iglesia no es un chiringuito que acabe de llegar». Palabras desdeñosas hacia los partidos políticos (votados, a fin de cuentas, por los españoles), pero muy especialmente hacia las demás confesiones religiosas, muchas de ellas también muy antiguas. Gil “olvida” que si en España estas no han florecido más a lo largo de la historia es porque durante siglos la organización político-religiosa que él representa, en connivencia con el brazo secular, se dedicó a perseguirlas y tratar de erradicarlas. LEx

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¿Quién se atreverá?

foto3.gifEn un artículo con algún planteamiento quizá excesivamente antirreligioso, Arturo González expresa sin embargo estas ideas tan sensatas: «Es preciso que los partidos que se declaren decentes anuncien, sin condiciones, si van a denunciar los Acuerdos con el Vaticano o no, y sin temor a por ello perder votantes, que es la miseria política subyacente. Solo así serán honestos y creíbles. Los nuevos Ciudadanos y Podemos también deben, ya, aclarar sus posturas con rotundidad. Los poderes a separar no son tres, sino cuatro. No hay que odiar a la Iglesia Católica, pero no hay que permitir que condicionen nuestras vidas y las de los niños» (Público, 27.2.15).

Esos mismos partidos, y los propios movimientos de base de la Iglesia Católica, deberían solicitar a los obispos españoles y al tan “receptivo” y “revolucionario” papa Bergoglio que sean ellos quienes tenga la iniciativa de renunciar a esos privilegios. No ocurrirá, por supuesto. LEx

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Frase insensata de la Cadena Cope

«La existencia de una asignatura de Religión católica en el currículum escolar no vulnera, como señalan algunos, el principio de no confesionalidad» (Línea Editorial de la Cadena Cope, 20.5.13). Ver más frases sensatas e insensatas.


Los obispos católicos y la Lomce

En relación con la asignatura de Religión Católica en la nueva ley educativa, dice Casimiro López, presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis (‘La Razón’, 24.5.13): “No cabe duda de que el estatus de la asignatura en el Proyecto de la Lomce, en general, mejora sustancialmente en comparación con la ley actual, la LOE. En conjunto, comienza a recuperar el lugar del que injustamente había sido privada.” Tanto los detractores como los defensores del cambio están poniendo mucho énfasis en los cambios que trae la LOMCE con respecto a esta materia escolar, pero lo cierto es que son muchas más las cosas que no cambian en ella, porque todas las leyes, incluida la LOE de Zapatero, han mantenido el estatus privilegiado para esta asignatura y para los profesores que la imparten.