Una costumbre dañina para el cerebro

Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia.JPG


Desenseñar el papa

Lutero, desenseñar el papa


El fascista estadounidense

Wallace.jpg


En tiempos de guerra

erasmo


¿Cómo podemos esperar que prevalezca la justicia…?

Scholl


Umberto Eco contra la «reciprocidad»

Eco

Artículo: ¿Reciprocidad o libertad religiosa?


¿Preocupación por las víctimas?

Girard


Idolatría de ideas y de prohombres

Fromm


Setenta años de Hiroshima: confesiones de un confesor

Hoy (siempre, en realidad) es un buen día para recordar a George Zabelka, el capellán católico de los escuadrones que bombardearon Hiroshima y Nagasaki, posteriormente arrepentido. En una impresionante entrevista de 1982 dice entre otras cosas: «La Iglesia prohibió siempre el aniquilamiento de civiles y si un soldado hubiera venido a preguntarme si podía disparar una pistola en la cabeza de un niño, se lo hubiera prohibido formalmente. Eso habría sido pecado mortal. Pero en 1945 […] durante las 24 horas podían despegar tres aviones por minuto. Muchos de estos aviones partieron para Japón con la meta precisa de matar no un niño o un civil, sino de masacrar a centenas, millares y decenas de millares de niños y de civiles y yo no dije nada al respecto. […]

»Nunca me vino al espíritu la idea de protestar públicamente contra las consecuencias de estos bombardeos. Me habían dicho que eran necesarios; abiertamente por los militares e implícitamente por la dirección de mi Iglesia. En lo que conozco, no hubo cardenal ni obispo americano que se opusiese a estos bombardeos masivos. […]

»Cada una de las principales ramas del cristianismo modificó, según diferentes procedimientos teóricos, la enseñanza del Señor hasta el punto de poder hacer lo que Jesús condenaba: ojo por ojo, masacrar, lisiar, torturar. Me parece que es un “signo” que mil setecientos años de terror y de masacres cristiana nos condujeran al 9 de agosto de 1945. […] Pido a Dios que nos perdone la manera en que hemos desfigurado la enseñanza de Cristo y destruido su mundo de ese modo».

Zabelka


El terrible poder del dinero

Marx

Ver más Citas Clásicas de Actualidad